la clase media adoptó los estilos de moda entre las
clases altas, forzando a estas a buscar nuevas formas para distinguirse de la
masa. A partir de 1650, aproximadamente la moda francesa dominó Europa,
reemplazando a la influencia española.
Francia inició en este tiempo su búsqueda por convertirse
en uno de los principales proveedores de productos de lujo del mundo.
El traje cortesano reflejaba el gusto clasicista del rey.
Los cortesanos aparecían con grandes pelucas rizadas,
altos tacones y prendas perfectamente confeccionadas, con toques de encajes y
cintas en cascada.
En la corte, las mujeres llevaban lujosos vestidos de
seda y brocado, y sus colas deslizantes eran sostenidas por jóvenes pajes.
Prenda masculino
En la década de 1620 comenzaron a aparecer signos de
cambio:
El cuello almidonado y el cuello plano reemplazaron a la
gorguera.
Los acuchillados pasan a ser una tendencia anticuada.
Las camisas (ahora con corte amplio y ceñidas con un puño
en la muñeca) llevaban un sencillo corte bajo la pechera.
Los calzones eran cada vez más amplios y terminaron juntándose
con la bota.
Sin embargo, con la ascensión al trono de Luis XIV, sobre
todo a partir de 1661, las prendas masculinas volvieron a ser ostentosas.
Las prendas masculinas eran suntuosas creaciones hechas
de brocado, bordados en oro y plata, y sedas caras. En ellas se gastaban
fortunas y el buen gusto fue reemplazado por el deseo de magnificencia
Prendas femeninas
El vestido femenino disfruto en el s. XVII de una nueva
libertad de formas.
la evolución
del escote es el mejor ejemplo de ello.
se abandonan
las pesadas gorgueras y se adoptan los principios barrocos, que subrayan la proporción
natural y la libertad de formas.
el cuerpo
del vestido femenino muestra ahora un escote profundo, que descubre parte del
busto y a veces aparece cubierto por un cuello de encaje.
las mangas
eran más cortas: terminaban en el antebrazo con una cascada de encajes.
En versalles, las damas llevaban tres faldas, una sobre
otra, y la última a menudo con una cola tan larga que requería ser llevada por
un paje al andar.
Cada falda tenía un nombre:
La primera se llamaba la fidéle (fiel), estaba decorada
con lazos y bordados del color preferido del amado de la dama.
La segunda, la frippone (bribona), se confeccionaba con
paño dorado o plateado.
La tercera, conocida como la modesto o la secréte,
acababa generalmente con una cola tan larga que requería también que un paje la
llevara.
Calzado
Los tacones altos son una invención del s. XVII.
los
tacones contribuían a que el hombre se sintiera más importante. Luis XIV, que
era de baja estatura, llevaba en ocasiones zapatos con un tacón de 12.5 cm.
Tenía una marcada preferencia por los altos tacones de piel roja.
Hasta
el s. XVII, los zapatos masculinos y femeninos tenían un diseño similar, pero a
medida que iba avanzando el siglo, las formas comenzaron a divergir.
Guantes y
manguitos
Los guantes se usaban más por razone decorativas que con
un propósito funcional.
Confeccionados de piel, satén, terciopelo o seda, podían
decorarse con hilo dorado y plateado, así como con cuentas brillantes y
bordados.
Hombres y mujeres lucían manguitos para protegerse las
manos del frío. Realizados en diversos tamaños y formas, los hombres los
preferían pequeños, mientras que los femeninos se concebían generalmente más
grandes.
El origen del manguito se localiza en el siglo XV en Venecia,
donde era el accesorio favorito de las cortesanas.
Luis XIV lo convirtió en un complemento popular entre los
hombres. Sus manguitos estaban confeccionados con pieles exóticas. Los
femeninos eran de seda con cuentas salpicadas y de brocado; se forraban con
piel, y se les podían aplicar botones dorados.
Corbatas y
pañuelos
El origen de la corbata se sitúa en 1650,
aproximadamente.
Lazos, corbatas y otros cuellos, se convirtieron en un
elemento esencial y complicado de la indumentaria del hombre elegante del s. XVII.
Se consideraban elementos esenciales del guardarropa porque permitían realzar
el rostro.
La corbata llego a parís a través de Croacia.
Algunas corbatas se convertían en lazos, mientras que
otras se ataban mediante un nudo.
A menudo se confeccionaban con encaje francés o
veneciano.
Luis XIV era considerado el hombre mejor vestido de Europa
(pelucas de pelo natural, mangas adornadas de ricos encajes, zapatos de tacón
alto); su gusto por las ropas elegantes influyó e los monarcas y nobles de todo
el continente.
Luis XIV (el rey sol) con peluca |
El hombre con jubón, botas de cuero
Hombre con sombrero, pantalón abrochado a los costados y
capa
C. 1628
Hombre con puños y cuello de encaje, sombrero de fieltro
y ancha banda de tafetán en el talle.
C. 1630
-hombre con golilla, guantes, zapatos de tacón
-traje femenino con cuello de encaje
-jubón de grandes vueltas, peluca y sombrero tricornio c.1704
-jubón, sombrero de fieltro, guantes y botas anchas
C. 1675
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