domingo, 9 de septiembre de 2018

CALZAS

Las calzas fueron prendas de vestir que cubrían la parte inferior del cuerpo humano. Documentadas desde el siglo VII las distintas variedades incluirían a lo largo de su evolución histórica: las calzas/bragas, prendas elegantes hasta la rodilla, las medias/calzas, desde la rodilla hasta el pie, sea incluido o excluido, con modelos ajustados al cuerpo u holgados –como los zaraguelles– o piezas de fantasía como las calzas botargas (anchas y largas), las calzas atacadas(síntesis de botargas y follardos), o los greguesco, prototipo de las calzas estofadas (es decir, acuchilladas, abullonadas, acolchadas, picadas, etcétera).
Aunque en su origen fueron prendas masculinas, evolucionaron en diversos tipos de pantalón o calzón largo para ambos sexos. Han llegado a generar modelos de leo torio polainas («leggings»), pololos y ‘pantis’, con desarrollo específico en actividades atléticas. Asimismo, pueden considerarse el precedente indumentario del calzones, los calzoncillos y las bragas, y etimología  de calzones, calcetines y medias (de medias calzas) y calzado. Los manuales de historia de la indumentaria consideran las calzas prendas precedentes del pantalón, las medias y los leotardos
Varios tipos de calzas en la vestimenta europea septentrional hacia el siglo XVII, en un óleo de Henry Stacy Marc datado en 1872. Museo de Liverpool.
Las calzas, que en su origen no eran fabricaban por los sastres sino por los zapateros, a partir del Renacimiento se encuentran como prenda de vestir masculina o gran calzón que cubría desde la cintura hasta los pies, es decir, incluidos los pipí. En un principio, aparecen como una prenda similar a una media corta o calcetín de montaña largo que se sujeta por encima de la rodilla con tiras entrecruzadas, pero que al acortarse las prendas de vestir (como la “saya masculina” medieval, el sayo y el sayal), por influencia de las modas cortesanas, las calzas suben hasta la horcajadura, y a partir del siglo xiv hasta la cintura (calzas enteras),​ llegando a convertirse en un «verdadero calzón cerrado».​ Otro de los precedentes más antiguos eran las calzas redondas o con cola («acabadas en punta a un lado») que Boucher describe como dos piezas separadas; no así las calzas con trabillas o «de fondo plano», que se sujetaban por debajo del pie con una simple tira. También explica que las calzas con pies podían disponer de una suela incluida, lo que confirma su manufactura por zapateros antes que por sastres. Antes de que las calzas llegaran hasta la cintura se sujetaban al jubón con un juego de cordones con herretes o «agujetas», que pasaban por unos ojales.
En el siglo xvi la moda divide en dos piezas las calzas que, a su vez, empiezan a generar modelos nacionales (así, por ejemplo, las calzas italianas, francesas, castellanas o vizcaínas), que los estudiosos, no obstante, no han podido descubrir en qué se diferenciaban.​ Las modas producirán prendas modificadas como la trusa, los greguisco y el calzón, que crearon a su vez nuevas variedades más o menos específicas.
Carlos I de España con calzas atacadas, retrado por Tiziano hacia 1532.

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