Drag queen, o transformista es un término que describe a un hombre que se viste
y actúa a la usanza del estereotipo de una mujer de rasgos exagerados, con una
intención primordialmente histriónica que se burla de las nociones
tradicionales de la identidad de género y los roles de género.
Es una forma de personificación femenina y transformismo en el que una persona altera su apariencia y los patrones de su personalidad para ajustarlos al comportamiento y apariencia de una mujer de caricatura, frecuentemente exagerando las cualidades estéticas asociadas popularmente a la feminidad mediante la utilización de vestuario flamboyant, peinados exuberantes y maquillaje, originado de una intención primordialmente cómica o satírica. Al igual que en el travestismo, puede estar presente una expresión de género transexual que se manifiesta en el cross-dressing.2 Drag queen puede ser un hombre heterosexual, homosexual, bisexual o una persona de cualquier orientación sexual; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para la sociedad.
El drag surgió como un elemento dramático durante la segunda mitad del siglo XIX, destinado a hacer una proyección cómica de las nociones sociales sobre el comportamiento social, la aristocracia, la organización política, los roles de género, la etiqueta social y los convencionalismos sociales. El drag fue apreciado en diversas formas del teatro de variedades del siglo XIX, en el que era habitual la presentación de sketches y obras de un solo acto en las que se hacían burlesques de elementos sociales o culturales, frecuentemente con la participación de actores disfrazados de personajes del género opuesto para intensificar la comicidad. El drag como elemento dramático apareció en el Reino Unido durante la segunda mitad del siglo XIX, derivado del travesti y apreciado en espectáculos como el burlesque victoriano y la pantomima británica.6 La explotación del drag como elemento cómico se inició con la introducción del teatro de variedades dentro de la cultura estadounidense en la Guerra de Secesión. El drag se volvió un elemento común en espectáculos como el vaudeville y el burlesque americano.
Es una forma de personificación femenina y transformismo en el que una persona altera su apariencia y los patrones de su personalidad para ajustarlos al comportamiento y apariencia de una mujer de caricatura, frecuentemente exagerando las cualidades estéticas asociadas popularmente a la feminidad mediante la utilización de vestuario flamboyant, peinados exuberantes y maquillaje, originado de una intención primordialmente cómica o satírica. Al igual que en el travestismo, puede estar presente una expresión de género transexual que se manifiesta en el cross-dressing.2 Drag queen puede ser un hombre heterosexual, homosexual, bisexual o una persona de cualquier orientación sexual; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para la sociedad.
El drag surgió como un elemento dramático durante la segunda mitad del siglo XIX, destinado a hacer una proyección cómica de las nociones sociales sobre el comportamiento social, la aristocracia, la organización política, los roles de género, la etiqueta social y los convencionalismos sociales. El drag fue apreciado en diversas formas del teatro de variedades del siglo XIX, en el que era habitual la presentación de sketches y obras de un solo acto en las que se hacían burlesques de elementos sociales o culturales, frecuentemente con la participación de actores disfrazados de personajes del género opuesto para intensificar la comicidad. El drag como elemento dramático apareció en el Reino Unido durante la segunda mitad del siglo XIX, derivado del travesti y apreciado en espectáculos como el burlesque victoriano y la pantomima británica.6 La explotación del drag como elemento cómico se inició con la introducción del teatro de variedades dentro de la cultura estadounidense en la Guerra de Secesión. El drag se volvió un elemento común en espectáculos como el vaudeville y el burlesque americano.
El teatro de variedades perdió popularidad en la década de
1920 debido a la introducción masiva y doméstica de la radio y la televisión.
El drag retomó su popularidad en el cabaré de estilo americano durante los años
1930, continuando hasta los años 1960 como un elemento primordialmente
histriónico. El drag formó parte de la comedia en vivo y la imitación entre la
década de 1940 como elemento principal de los drag shows que se presentaban en
establecimientos dedicados al cabaré y al nuevo teatro de variedades.
En la década de 1950, en el periodo de la cultura closet
(periodo anterior a la revolución sexual y los disturbios de Stonewall), los
drag shows se volvieron populares en los establecimientos de clientela
homosexual, como los bares gay. La estética camp comenzó a recurrir al drag
para la personificación de la ironía en las artes, valiéndose del vestuario
afeminado y abigarrado de figuras masculinas para formular una intención cómica
dentro de la cultura masiva y sus medios de comunicación. Pronto se hicieron
habituales los temas del camp y el drag como un elemento de explotación
fílmica, convirtiéndose el drag en un elemento asociado con la cultura gay por
su recurrencia en la estética camp.
Después de la cultura closet y la conformación del
movimiento social LGBT, el drag se volvió habitual como una expresión de género
totalmente enfocada a la identidad transgénero, formando parte de la expresión
de orgullo LGBT. En su intención histriónica, actualmente se dedican al canto,
baile, playback, participando en Gay Prides, concursos de belleza y drag shows,
Divine y RuPaul son de las Drag Queens más conocidas en el espectáculo,
teniendo participaciones no solo en el mundo LGBT.
EL VESTUARIO DE UNA DRAG QUEEN Y SU
IMPORTANCIA
El vestuario de una Drag Queen, por lo tanto, es lo que
primero la define. La define no sólo como drag. También la define, o debe
hacerlo, como alguien diferente al resto. Debe proporcionarnos pistas de su
personalidad y de su carácter.
CARACTERISTICAS DEL VESTUARIO DE UNA DRAG QUEEN
CARACTERISTICAS DEL VESTUARIO DE UNA DRAG QUEEN
El vestuario drag es, ciertamente, exagerado. Una drag es
exageración, es exceso. Es, también, provocación.
Por ello, podemos decir que el tipo de trajes que lleva una
drag no se suelen ver precisamente por la calle. Son trajes heredados de la
tradición del burlesque, y llevados a un extremo.
Diseños extravagantes, coloridos, con toques sexy, donde se
mezcla la ordinariez con el rococó.
EL HABITO HACE A LA DRAG
EL HABITO HACE A LA DRAG
Además, y como ya hemos anticipado, el traje es la primera
carta de presentación de una drag, junto con su maquillaje. De esta manera, se
puede usar también el vestuario de forma teatral.
Su uso puede tener dos variantes. En la primera, nos habla
del tipo de personaje que interpreta nuestra drag queen. Puede ser una
“buscona” vestida con un apropiado traje sexy en tonos rojos. O también puede
ser una drag con cierto aire “inocente” y un traje adecuado en tonos pastel,
con algún elemento discordante que nos diga que hay algo más detrás.
También se puede usar de manera completamente contraria.
Para darnos una idea totalmente equivocada que luego la drag queen se encargará
de echar por los suelos.
Lo importante es que el vestuario forme parte del todo que es
un espectáculo drag queen.
DRAG QUEENS MAS IMPORTANTES.
DRAG QUEENS MAS IMPORTANTES.
Drags de The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert: Bernadette, Anthony y Adam, interpretados por Terence Stamp, Hugo Weaving y Guy Pearce, respectivamente, protagonizan la historia de tres drag queens que atraviesan el desierto australiano, desde Sídney hasta Alice Springs, para hacer una actuación en la sala de fiestas de un hotel.
Desde su estreno en el año 1994 fue una película de culto y dio origen en Broadway a un musical. Ha tenido un profundo impacto en la comunidad gay. La película explora los estereotipos de gays, travestis y transexuales sin ridiculizarlos ni caricaturizarlos.
Pabllo Vittar:
Interpretando en la TV en 2014 I Have Nothing, de Whitney Houston, el brasilero
Phabullo Rodrigues da Silva Araujo saltó a la fama como la drag Pabllo Vittar.
Más tarde en 2015 se hizo famoso en los medios, debido al éxito de su video
musical "Open Bar", una versión en portugués de la canción Major
Lazer, Lean On.
Su álbum debut: Vai Passar Mal, se convirtió en
disco de platino en Brasil.
Frank-N-Furter:
El personaje pertenece a las legendarias producciones musicales de The Rocky
Horror Show desde 1973, de la película de 1975, de la producción tributo de
2015 y en la película de 2016, así como de las secuelas Rocky Horror Shows His
Heels y Rocky Horror: The Second Coming.
Fue interpretado en la primera película por Tim
Curry, dejando un gran legado y siendo reconocido como uno de los villanos más
emblemáticos del cine. Incluso el tatuaje que luce en su brazo derecho es todo
un clásico.
Conchita Wurst:
El cantante austriaco Thomas Neuwirth define a su personaje, Conchita Wurst,
simplemente como "una mujer barbuda" creada como "una
declaración de la tolerancia y la aceptación, ya que no se trata de
apariencias; es sobre el ser humano". Saltó a la fama cuando el 10 de mayo
de 2014, en Copenhague, Wurst se proclamó ganadora de Eurovisión 2014.
Su triunfo generó gran controversia, pero dentro de quienes
manifestaron su apoyo estuvieron Cher, Julio Iglesias, Elton John, además del Consejo de Europa y el Cardenal Arzobispo católico de Viena.
Divine:
Reconocida por muchos como la primera drag, Harris Glenn Milstead hizo su debut
con el personaje en los 60s por diversión, pero cuando el 1972 comenzó a
trabajar en el cine se dirigió a convertirse en toda una leyenda.
Divine participó en películas como Pink Flamingos, Female
Trouble, Polyester y Hairspray. Si tu rostro te parece muy familiar, es
porquefue quien le dio la inspiración al equipo de Disney para la malvada
Úrsula en La Sirenita
Falleció en 1988 a consecuencia de una
cardiomegalia, atribuida a su obesidad. Ese día, se esperaba su participación
en la serie Married with Children, por lo que los productores enviaron a su
funeral una corona con la divertida frase "Si no querías hacer el show,
podrías haberlo dicho antes".
RuPaul: No hay
duda que el inicio del este conteo todos sabíamos a quien pertenecía el primer
lugar, indiscutiblemente.
RuPaul Andre Charles comenzó a trabajar el
personaje en clubes nocturnos a comienzos de los 90s. Alcanzó popularidad
internacional con su canción Supermodel (You Better Work) de su álbum
Supermodel of the World (1993), ahí también se incluía Don't Go Breaking My
Heart, dueto con ELton John.
Así, comenzó a darle una visibilidad a las drag queens que no tenían.
El rostro de RuPaul también aparece en numerosas y populares películas. En 1996 inició su propio programa de entrevistas transmitido por VH1, llamado The RuPaul Show. Fue la primera drag en protagonizar una ambiciosa campaña de cosméticos con MAC. A mediados de 2008, empezó a producir RuPaul's Drag Race, un reality con el que se busca encontrar a la "Siguiente Superestrella Drag Estadounidense", logrando así que alcanzara una inmensa popularidad en todo el mundo.
Sin duda, RuPaul ha impulsado con el show a numerosas estrellas.
Así, comenzó a darle una visibilidad a las drag queens que no tenían.
El rostro de RuPaul también aparece en numerosas y populares películas. En 1996 inició su propio programa de entrevistas transmitido por VH1, llamado The RuPaul Show. Fue la primera drag en protagonizar una ambiciosa campaña de cosméticos con MAC. A mediados de 2008, empezó a producir RuPaul's Drag Race, un reality con el que se busca encontrar a la "Siguiente Superestrella Drag Estadounidense", logrando así que alcanzara una inmensa popularidad en todo el mundo.
Sin duda, RuPaul ha impulsado con el show a numerosas estrellas.
DRAG CLUB
KID.
Tengamos juntos un flashback. Concretamente a finales de los 80s ya casi entrando en la década de los 90s y, para ser exactos, viajemos a Nueva York. Estas son las coordenadas exactas para situarnos donde se fraguó lo que podemos considerar hoy en día una nueva tribu urbana: los “Club Kids”.
Michael Alig era un chico de pueblo que se acababa de mudar a la gran ciudad. Allí conoció a James St. James, un joven adinerado y muy moderno para su época. Ambos serían los detonantes de todo un movimiento y cultura que se basaba en desenfrenadas fiestas donde el consumo de drogas era demasiado frecuente. Pero si por algo se recuerda este fenómeno es por la moda. Los Club Kids (literalmente los “chicos del club”) alcanzaron una gran fama por los alocados trajes que vestían. Superando las barreras del travestismo, crearon una identidad propia y única donde no había géneros ni cánones. Cada uno hacía su transformación a su manera. Para los que no estéis familiarizados con estos atuendos y actitudes os invito a que veáis la película “Party Monster”, protagonizada por Macaulay Culkin, donde se cuenta y se recrea cómo fue aquel movimiento.
Pero ahora volvamos al presente. Si pensábais que todo esto que os cuento es una locura americana y que se ha maquillado la historia real estáis muy equivocados. Con aquella época como fuente de inspiración, parece que el fenómeno club kids vuelve a la carga. Aquella neoyorquina tribu urbana resurge y vuelve a estar de moda. Al menos en lo que a estilismos se refiere.
Es difícil de explicar cómo es este estilo, ya
que su esencia reside en que no hay unas normas a seguir ni una corriente
determinada. Se trata de personas extremadamente creativas las cuales se
utilizan a ellos mismos como vía para expresar su arte y que crean un alter ego
a raíz de aquello que les inspira. Muchas veces son ellos mismos los que crean
sus vestimentas y las lucen sin importarles los juicios y prejuicios de la
gente. Es justo en eso en lo que consiste: El arte debe provocar reacciones o
despertar sensaciones en los
espectadores.Tengamos juntos un flashback. Concretamente a finales de los 80s ya casi entrando en la década de los 90s y, para ser exactos, viajemos a Nueva York. Estas son las coordenadas exactas para situarnos donde se fraguó lo que podemos considerar hoy en día una nueva tribu urbana: los “Club Kids”.
Michael Alig era un chico de pueblo que se acababa de mudar a la gran ciudad. Allí conoció a James St. James, un joven adinerado y muy moderno para su época. Ambos serían los detonantes de todo un movimiento y cultura que se basaba en desenfrenadas fiestas donde el consumo de drogas era demasiado frecuente. Pero si por algo se recuerda este fenómeno es por la moda. Los Club Kids (literalmente los “chicos del club”) alcanzaron una gran fama por los alocados trajes que vestían. Superando las barreras del travestismo, crearon una identidad propia y única donde no había géneros ni cánones. Cada uno hacía su transformación a su manera. Para los que no estéis familiarizados con estos atuendos y actitudes os invito a que veáis la película “Party Monster”, protagonizada por Macaulay Culkin, donde se cuenta y se recrea cómo fue aquel movimiento.
Pero ahora volvamos al presente. Si pensábais que todo esto que os cuento es una locura americana y que se ha maquillado la historia real estáis muy equivocados. Con aquella época como fuente de inspiración, parece que el fenómeno club kids vuelve a la carga. Aquella neoyorquina tribu urbana resurge y vuelve a estar de moda. Al menos en lo que a estilismos se refiere.
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